Para que sea un FELIZ AÑO NUEVO
LA OPCION DE BELEN
Navidad.
La Historia vuelve a ser José y María camino de Belén.
No encuentran posada.
Dios nace en una cuadra. Los pastores van a dorarle.
El Cristo de Belén es símbolo de esperanza.
El tremendo Dios del Antiguo Testamento, ahora niño y envuelto en pañales, ya no nos asusta. Se parece a nosotros. Desde los brazos de María nos sonríe, nos trae paz.
Así es el Cristo de Belén.
Y también es pobre y ama la pobreza y a los pobres, los primeros invitados a contemplarle.
No podemos cambiar el Evangelio. La Navidad indica claramente la opción preferencial del Dios encarnado por los pobres.
Por mal que nos vayan las cosas, por muchas privaciones que nos impongan las contingencias de la vida, difícilmente experimentaremos más pobreza que Jesús en Belén o más injusticias que las que soportó en Jerusalén cuando llegó su Pasión.
¿Seguiremos al Dios Niño y al Dios Mesías, al Dios Maestro y Señor que nos invita a participar en su Proyecto del Reino?
Si queremos que nos inunde la plenitud de Jesucristo, optemos por un corazón humilde y sincero, justo y misericardioso. La felicidad nos colmará.
Un abrazo

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